23 maneras de calmar a un recién nacido inquieto
Encuentra mucha más información pensada para ti
¡Síguenos en Facebook!

Aquí tienes unas cuantas técnicas para calmar a tu bebé cuando empiece a llorar.
Por Isadora Fox
Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images
La primera vez que oyes llorar a tu bebé es una experiencia emocionante; es una señal de que ha llegado al mundo sana y con unos pulmones estupendos. Pero con el paso de las semanas, la emoción inmediatamente puede dar paso a la preocupación y la frustración.
Como es inevitable, aprenderás que los bebés lloran mucho. A veces el motivo es obvio: la bebé tiene hambre, está mojada o cansada y quiere que atiendas sus necesidades. Otras veces, conseguir que las lágrimas cesen no es un proceso tan sencillo; por eso es tan importante averiguar cómo calmar a una bebé cuando nada parece funcionar.
Aunque no hay ningún método que funcione para todos los bebés, pronto desarrollarás un repertorio de técnicas que será perfecto para tu hijo. Mientras tanto, sigue leyendo para conocer algunas ideas que han demostrado ser eficaces para que tu pequeño se sienta mejor.
Ponte en movimiento
Para la bebé, pasar nueve meses dentro del vientre de mamá es literalmente como vivir en una casa rodante. Incluso cuando duermes, tu cuerpo se mueve, así que cuando la bebé llega al mundo, estar acostada tranquilamente en una cuna puede parecer extraño. Agitar un poco las cosas puede hacer que se sienta más cómoda.
Mece a tu bebé. Carga al bebé en tus brazos, ponte de pie con los pies ligeramente separados a la anchura de las caderas y gira las caderas hacia delante y hacia atrás. Tu movimiento puede ser bastante enérgico siempre que tengas a la bebé cerca. Cuando te canses, utiliza la mecedora.
Compra un columpio para bebés. Los columpios para bebés brindan un movimiento relajante y rítmico que ayuda a calmar a la bebé. Asegúrate de que el columpio esté diseñado para un bebé pequeño, ya que los chiquillos pueden caerse en uno grande.
Utiliza las vibraciones para calmar a la bebé. El movimiento vibratorio de una lavadora o secadora ha salvado la cordura de muchos padres frustrados. Coloca a la bebé en una silla para bebés, ponla encima del electrodoméstico y sujétala firmemente para que el asiento se mantenga en su sitio.
Da un paseo en el carro. El movimiento suave y constante de un paseo en carro o en coche adormece a muchos bebés inquietos.
Recluta a papá para que ayude. Según muchas madres, papá es el rey cuando se trata de calmar a la bebé. Quizá sea porque sus fuertes brazos pueden mecerla más rápidamente. Tal vez sea porque la envuelve con más fuerza o porque es más grande y cálido. Pero ¿a quién le importa la razón? Haz que ayude y tómate un descanso.
Haz que la bebé esté cómoda
El vientre materno no es un lugar espacioso; tu bebé está acostumbrada a estar apretada en un entorno cálido y acogedor. Emularlo evita las lágrimas y hace que se sienta segura.
Envuélvela en una manta. Envolver a tu bebé en una manta fina y ligera con los brazos sobre el pecho tiene un efecto calmante maravilloso. Los bebés envueltos con mantas suelen dormir más tiempo y más profundamente.
Prueba el contacto piel con piel. Esta técnica es particularmente buena para los bebés prematuros. Desnuda a la bebé, acuéstate, recuéstala junto a tu piel desnuda y coloca una manta suave y cálida sobre ambas.
Usa un canguro portabebés. No es de extrañar que la comodidad cálida, oscura y cercana de un portabebés sea un calmante seguro. Una ventaja adicional: puedes dar pecho en cualquier lugar de manera discreta.
Haz ruido
El vientre de una embarazada no es el santuario de la serenidad que podrías imaginar. Tu bebé puede oír los latidos de tu corazón, tu torrente sanguíneo y el gorgoteo de tu estómago. Para algunos recién nacidos, el silencio no es oro.
Enciente un ventilador. El suave zumbido es música para los oídos de un bebé inquieto.
Usa tu aspiradora. A algunos niños les calma la combinación de ruido y vibración.
Di “shh”. Este sonido imita lo que la bebé escuchaba en el vientre materno. Dilo directamente en su oído, una y otra vez.
Prueba con el ruido blanco. Cualquier máquina con un sonido constante y rápido tiene un efecto calmante; las grabaciones de olas en la playa, la lluvia o el sonido de una cascada también funcionan.
Ten en cuenta los problemas de salud
Los bebés pueden tener malestar estomacal por gases. Algunas personas creen que los bebés sonríen cuando tienen gases; otras saben que no es así. Si sospechas que tu bebé llora por el dolor de los gases:
- Acuéstalo sobre tus rodillas y frota suavemente su espalda.
- Mueve sus piernas como si estuviera en una bicicleta mientras está acostado.
- Habla con tu médico sobre el uso de gotas pediátricas para gases.
Cólicos. Una quinta parte de los bebés desarrollan cólicos, lo que significa que lloran desconsoladamente durante tres horas o más al día durante tres semanas o más. Los cólicos alcanzan su punto máximo a las seis semanas y suelen desaparecer a los tres meses. Prueba poner al bebé boca abajo sobre tu antebrazo, acúnalo cerca de tu cuerpo y mécelo de un lado a otro.
Problemas con tu propia dieta. Si estás amamantando y los consejos habituales para calmarlo no te ayudan, intenta eliminar de tu dieta los lácteos, el café, la cebolla y otros alimentos potencialmente irritantes.
Últimos esfuerzos para calmar a un recién nacido inquieto
¿Aún no has encontrado ningún remedio? Todavía hay una serie de trucos que puedes probar para alegrar a tu pequeño de su mal humor.
Dale un chupón. Según la Academia Americana de Pediatría (AAP), no hay nada malo en darle un chupón a un recién nacido. Algunos niños tienen grandes necesidades de succión y se calman rápidamente con un chupón. La mayoría de los bebés dejan el chupón por sí solos alrededor del séptimo mes. Si el tuyo no lo hace, no te preocupes, la AAP dice que es poco probable que perjudique su desarrollo.
Sal al exterior. Un cambio de escenario puede distraer a tu recién nacido y calmar su llanto.
Dale un masaje al bebé. Para algunos bebés, las caricias son tranquilizadoras.
Baja las luces y apaga la televisión. Demasiados estímulos pueden alterar los nervios de un recién nacido.
Revisa la temperatura de tu casa. El bebé puede tener demasiado calor o demasiado frío, lo que dificulta que se duerma.
Chequea la ropa del bebé. La ropa caliente, ajustada o estrecha puede provocar el llanto.
Usa tapones para los oídos. El llanto tiende a alcanzar su punto máximo a última hora de la tarde o a primera hora de la noche: la “hora de las brujas”. Si los llantos desgarradores llegan a ser insoportables, ponte tapones de gomaespuma para los oídos mientras intentas las técnicas calmantes mencionadas con anterioridad.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
comentarios