10 cosas que no deben preocupar a las madres primerizas
Encuentra mucha más información pensada para ti
¡Síguenos en Facebook!

Todas las madres se preocupan por sus bebés, pero no dejes que estas preocupaciones comunes te vuelvan loca.
Por Linda Diproperzio
Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images
1. El llanto
Aunque el llanto constante de un bebé pueda preocuparte, es importante recordar que el llanto de los recién nacidos y los bebés es normal. “Los niños menores de un año lloran por muchas razones: hambre, sueño, pañales sucios y estar demasiado o poco estimulados”, explica la doctora Michelle Haley, pediatra de Children’s Mercy Hospitals & Clinics en Kansas City, Missouri. “Y los padres deben darse cuenta de que el llanto no le hace daño a un bebé”.
La Dra. Haley también señala que un bebé que llora mucho no es un indicio sobre la falta de habilidad como padres— simplemente algunos bebés lloran más que otros. La doctora Erika Landau, coautora de The Essential Guide to Baby’s First Year, está de acuerdo. “Si respondes inmediatamente y el llanto cesa, no hay razón para preocuparse”.
Si tu bebé está inconsolable, puedes preguntar a tu pediatra sobre los cólicos. “Los cólicos suelen ser un síntoma de dolor en el intestino, por lo que hay que determinar cuál es la causa de los problemas estomacales”, dice el doctor Bob Sears, coautor de El pediatra portátil. “Las dos causas más comunes de los cólicos son la alergia a la proteína de la leche de vaca y una sensibilidad al azúcar de la leche llamada deficiencia transitoria de lactasa”.
2. Estornudos
Vuelves con tu pequeño a casa desde el hospital y, de repente, empieza a estornudar. Antes de que lo lleves corriendo al médico o empieces a tomarle la temperatura con frecuencia, ten en cuenta que los estornudos de un recién nacido no son más que la forma en que limpia sus conductos nasales y respiratorios de la congestión y las partículas del aire.
Los estornudos también ayudan a reabrir una fosa nasal temporalmente cerrada que puede producirse cuando el bebé se aprieta contra ti mientras le das el pecho (si tiene la nariz aplastada o una fosa nasal cerrada). Después de alimentarse, el bebé dará un respiro o estornudará para volver a abrir la nariz.
¿Cuándo deben preocuparte los estornudos? Si tu bebé tiene fiebre, gotea, parece congestionado o tiene dificultad para respirar.
3. El pecho o el biberón
Muchas madres primerizas se presionan mucho para dar el pecho como una profesional inmediatamente después del parto, pero es una habilidad que se aprende tanto para la madre como para el bebé. “Muchas madres primerizas que dan el pecho a menudo se preocupan de que sus bebés no estén recibiendo suficiente comida porque siempre parecen tener hambre”, dice Gina Ciagne, asesora de lactancia certificada y directora senior de atención sanitaria y relaciones con los medios de comunicación de los laboratorios Lansinoh. “Los primeros días pueden ser los más difíciles, ya que parece que el bebé está comiendo a todas horas. Tranquila— esto es muy normal. Se necesita algún tiempo para establecer un suministro y un horario constantes, pero tanto la madre como el bebé lo conseguirán amamantando con frecuencia. Date tiempo, confía en tu cuerpo y en las señales de tu bebé”.
No hay que preocuparse por complementar la lactancia con leche de fórmula— ni por cambiarla por completo. “Soñaba despierta con el momento en que mi bebé tomara el pecho por primera vez, ¿y sabes qué? Fue una pesadilla. No se agarraba al pecho; mis pezones estaban en carne viva, agrietados y sangraban después de los primeros días; y el pobrecito parecía estar hambriento”, dice Cheryl Butler, columnista familiar de Mighty Mommy y madre de ocho hijos. “Por mucho que deseaba dar el pecho, no era para mí. Tardé más de dos meses en dejar de sentirme culpable, pero mi hijo prosperó y le fue muy bien con la leche de fórmula.”
4. Creación de vínculos con el bebé
Aunque hayas soñado con conocer a tu bebé durante nueve meses, después de horas de parto puede que mires a tu recién nacido y te sientas más cansada que enamorada. Eso es normal, dice Butler. “En algunos casos, las mamás conectan y se vinculan enseguida, pero no hay nada de qué preocuparse si ese no es tu caso”. Conocer a tu bebé a través de las tomas, los mimos, incluso simplemente observando las interacciones entre tu pareja y el bebé, te ayudará en este proceso. El vínculo afectivo es un proceso de crecimiento —no ocurre inmediatamente— y se profundiza con el tiempo.”
5. Cumpliendo Hitos
Si tienes amigos o familiares con bebés de la misma edad que el tuyo, puede ser fácil preocuparse de que tu pequeño no esté progresando al mismo ritmo que sus compañeros. No te preocupes por comparar a tu hijo con los demás bebés del barrio, dice Gigi Schweikert, experta en infancia, crianza y autora de Soy una Buena Madre. “Los niños se desarrollan a ritmos diferentes. Aunque existe una secuencia de hitos del desarrollo y una edad aproximada en la que los bebés adquieren nuevas habilidades, confía en tus citas periódicas con el pediatra y en tu propio instinto maternal, aunque sea nuevo, para evaluar si tu hijo está creciendo y desarrollándose como debería.”
Según la doctora Sujatha Ramakrishna, psiquiatra de niños y adolescentes, aunque un bebé vaya a tener un retraso en su desarrollo, no tiene mucho sentido preocuparse por ello antes de que cumpla un año. “Por supuesto, los padres pueden y deben seguir haciendo cosas para ayudar a sus bebés, animándolos a caminar, hablar, etc.
6. Establecer un horario
Sí, crear un horario para comer y dormir para tu bebé es importante— pero intentarlo en las primeras semanas o incluso meses de su vida va a ser estresante para ambos. “Los bebés, sobre todo los recién nacidos, se están adaptando a muchas cosas nuevas”, dice Nicole Keck, madre de tres hijos de Northville, Michigan. “Con el tiempo acabarán por acostumbrarse a los días y las noches, así que no manipules sus siestas; deja que coman y duerman cuando quieran”.
¿Cuándo es el momento adecuado para empezar a establecer un horario? Después de las primeras semanas, las familias que siguen las señales de su bebé suelen tener un horario regular de sueño y alimentación, dice la Dra. Haley. “Por lo general, después de los dos primeros meses los padres pueden intentar gradualmente alimentar más durante el día y acortar las siestas para fomentar menos despertares nocturnos y alimentaciones. Entre los 4 y los 6 meses la mayoría de los bebés deberían dormir toda la noche sin necesidad de alimentarse.”
7. Escuchar a los demás
Pareciera que todo el mundo quiere aportar su granito de arena sobre cómo cuidar a tu bebé. Aunque es posible que escuches algunos buenos consejos, algunos de ellos pueden hacerte dudar de tus capacidades como madre. “No te preocupes por lo que piensen los demás sobre tu estilo de crianza”, dice Schweikert. “Tú eres la madre y puedes decidir lo que es mejor para ti y para tu hijo”.
Lo mismo ocurre con los consejos de los libros de crianza. Los libros son excelentes recursos para aprender lo que es normal y lo que se sale de la norma, dice Holly Klaassen, editora de The Fussy Baby Site. “Pero cada bebé es único, y lo que funciona para un bebé puede no funcionar para otro. Las mamás no deben sentirse culpables por hacer lo que funciona, y con lo que se sienten bien – incluso si va en contra de la corriente”.
8. Decir no
Una vez que llega el bebé, puede parecer que todos tus conocidos quieren pasarse por allí para echar un vistazo a la nueva incorporación, pero necesitas tiempo para descansar, así que lo pienses dos veces si debes decir que no. “No te preocupes por ofender a nadie ni por herir los sentimientos de la gente diciéndoles que no vengan, ya que necesitas un tiempo de descanso”, dice Lindsay de Swart, coach de vida con un sitio web llamado HappyMotherCoach.
Por supuesto, si alguien quiere venir a ayudarte con la ropa, la cocina o la limpieza, eso es otra historia. No te avergüences de aceptar (o incluso pedir) ayuda. “La maternidad exige tanto de tu energía física y mental que recargarla cuando puedas es en realidad un regalo para tu bebé”, dice Keck. “Acepta la ayuda siempre que te la ofrezcan. Demuestra lo buena madre que eres, no lo contrario”.
9. Ser perfecta
Todos lo hemos oído antes: Nadie es perfecto. Sin embargo, a las nuevas madres les preocupa que, si no hacen las cosas a la perfección desde el principio, estarán marcando a su bebé de por vida. “Las madres primerizas suelen compararse con otras, olvidando que son únicas”, dice Judy Christie, autora de Hurry Less, Worry Less for Moms. “En lugar de eso, dedica tiempo a decidir lo que funciona para ti y tu familia. No malgastes tu preciado tiempo y tu energía tratando de hacerlo todo, preocupándote cuando te quedas corta. No puedes hacerlo todo, por muy buena madre que seas”.
10. Bajar los kilos del bebé
Las famosas parecen perder esos kilos de embarazo segundos después de dar a luz, por lo que muchas nuevas mamás se sienten presionadas por esas imágenes para deshacerse del peso— inmediatamente. De hecho, una encuesta realizada en 2010 por el Real Colegio de Matronas reveló que casi dos tercios de las nuevas madres dijeron sentirse obligadas a adelgazar hasta su talla original lo antes posible porque las famosas lo hacen.
Las nuevas mamás deben darse cuenta de que es poco realista, y poco saludable, pensar que pueden recuperar la figura de antes del embarazo de la noche a la mañana, dice Butler. “Céntrate en el bebé— ¡no en tu panza, tu cola y tus piernas!”. Eso no significa que no debas dedicarte tiempo a ti misma. Come sano, duerme cuando puedas (los estudios demuestran que dormir lo suficiente te ayudará a perder algo de peso) y, cuando te sientas capaz (y tu obstetra te dé el visto bueno), empieza a caminar. “Caminar es también una buena forma de despejar la mente y aumentar los niveles de energía, y para el bebé es estupendo tomar aire fresco todos los días”, dice Butler.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
comentarios