10 cosas que debes saber sobre los recién nacidos
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Texto: Tricia O’Brien
Traducido por Ana Cristina González I Foto: Getty Images
A continuación encontrarás lo básico que debes saber sobre tu recién nacido.
El bebé puede ser, bueno, de apariencia graciosa.
Puede que su cabeza esté apretada por haber viajado por el canal de parto y podría parecer que lleva puesto un “enterito” de cabello fino llamado lanugo. También podría tener la cara hinchada y los ojos que a menudo están cerrados (y un poco pegajosos). Después de todo, acaba de pasar nueve meses en el útero. Pero muy pronto, se parecerá al hermoso bebé que imaginaste.
No esperes recompensas – sonrisas o arrullos – hasta que tenga seis semanas.
Hasta entonces, ¡estarás trabajando para un jefe que lo único que hace es quejarse! Para poder superar el agotamiento y la agitación emocional, ten esto en cuenta: no son esfuerzos perdidos en esos primeros días. “Se siente reconfortado por su padre o madre, siente conexión, le gusta que lo carguen”, dice el pediatra de Los Ángeles, Christopher Tolcher, M.D.
Dale baños con esponja hasta que se le caiga el cordón umbilical.
Si se mantiene seco, se caerá más rápido – generalmente dentro de dos semanas. Además, ¡los recién nacidos no se ensucian tanto! Si se moja el cordón umbilical, sécalo con toquecitos. Si sangra un poquito cuando se desprenda el cordón, no te preocupes, así lo aprendió Alyson Bracken, de West Roxbury, Massachusetts. “Al principio me asusté”, dice ella, pero luego supo que, al igual que con una costra, un sangrado leve era normal.
El punto suave puede aguantar que se manipule un poco.
“Me aterraba el punto suave”, admite April Hardwick, de la Ciudad de Nueva York, al referirse a la abertura del cráneo, también conocida como mollera, que le permite al bebé maniobrar su salida del canal de parto. “Gemma tenía toda la cabeza cubierta de pelo al nacer y al principio, me daba temor peinarla sobre el punto suave”, dice Hardwick. Pero no había necesidad de preocuparse: “Está bien tocar el punto suave y el cabello del bebé alrededor de esta zona”, dice Tanya Remer Altmann, M.D, pediatra y autora de Mommy Calls. El punto puede sentirse que late porque está directamente sobre los vasos sanguíneos que cubren el cerebro.
Te comunicará si se ha alimentado lo suficiente.
Los bebés necesitan comer cada dos o tres horas – pero si estás amamantando, es difícil saber cuánta leche está tomando. “El peso del bebé es el mejor indicador durante los primeros días”, dice el Dr. Tolcher. Tu pediatra lo chequeará a los pocos días del alta. Un recién nacido pierde de cinco a ocho por ciento de su peso al nacer dentro de la primera semana pero debería recuperarlo en la segunda semana. Contar los pañales también puede ser un indicador: su horario esos primeros cinco días es desordenado, pero después de eso, verás de cinco a seis pañales mojados al día y al menos una o dos deposiciones.
La piel seca es la norma para los recién nacidos.
Al principio, puede que su piel sea suave y sedosa, pero eso cambia. “Si estuviste durante nueve meses sumergido en líquido y luego entras en contacto con el aire, ¡también estarías seco!”, dice Laura Jana, M.D., pediatra y coautora de Heading Home With Your Newborn. No tienes que hacer nada con la piel seca (normalmente se pela y se descama), pero si quieres, busca una loción hipoalergénica para bebés que no tenga fragancia. También pueden aparecer pequeñas protuberancias rosadas, dermatitis e incluso puede que aparezca acné del bebé. “El acné tiende a durar unos pocos meses”, dice la Dra. Jana. “¡Así que toma las hermosas fotos del recién nacido antes del mes!”
No tienes que enjáularte en casa.
“Lleva una vida normal pero una el sentido común cuando salgas en público”, dice el Dr. Tolcher. Mantén al babé lejos del sol directo y evita a personas enfermas (¡no asistas a fiestas de cumpleaños de niños!) y lugares cerrados repletos de personas (como el centro comercial en los días festivos). “Enséñale a los hermanos mayores a tocar los pies del bebé en lugar de tocar sus manos y rostro, eso ayudará a evitar que se propague alguna infección”, añade. Haz que tu hijo mayor sea el policía de la higiene, dice la Dra. Jana. Le encantará decirles a los invitados, “No toques al bebé sin antes lavarte las manos”.
Los bebés lloran mucho – ¡así es cómo se comunican!
Su llanto desgarrador te indicará que tiene hambre, frío; que su pañal está sucio o que quiere que lo carguen. Estas primeras “conversaciones” pueden ser frustrantes, pero ten la seguridad de que podrás manejar mejor lo que necesita a tiempo. Laurie May, de Boardman, Ohio, y su esposo aprendieron rápido la señal de su hija indicando hambre. Cuando eran padres primerizos, colocaban una alarma que sonaba cada dos horas para despertar a Carter para alimentarlo. “¡No necesitábamos la alarma!”, dice ella. “Nos gusta reírnos de eso ahora”.
Los bebés recién nacidos también duermen mucho — pero no por largos periodos.
Los primeros tres meses son una batalla campal. El bebé necesita comer cada dos o tres horas, así que no dormirás mucho tampoco. “Mejorará”, asegura el Dr. Altmann. “La mayoría de los niños pueden dormir por seis u ocho horas a los tres meses de edad”. Mientras tanto, trata de que el bebé tenga un horario de día y de noche: durante el día, no permitas que duerma más de tres horas sin despertarlo para alimentarse; por la noche déjalo dormir todo el tiempo que quiera una vez que haya recuperado el peso que perdió al nacer.
La etapa del recién nacido es fugaz.
¿Te sientes estresada, cansada y sola? Sí, esos primeros días son difíciles. Pero pronto serán un recuerdo. Bárbara Evans, de la Ciudad de Nueva York, dice, “Desearía saber qué tan rápido pasa el tiempo”. La madre de Luella, de ocho meses, dice, “¡No tomé suficientes fotos ni escribí notas!” Rabeea Baloch, de Sugarland, Texas, comparte algunas experiencias de mamá experimentada: “Con mi primer bebé, me estresaba por cada cosa, desde cambiar pañales hasta si la bebé lloraba más de lo normal. Con el segundo bebé, disfruté cargándola, sintiendo su olor, besándola y disfrutando el tiempo que pasábamos juntas”.
Este artículo fue originalmente publicado en Parents.com
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