La investigación estudió a 233 mujeres embarazadas no fumadoras en Harlem, Washington Heights y el South Bronx, barrios donde hay altas concentraciones de contaminación, entre 1998 y 2006. Tomaron muestras de sangre de sus cordones umbilicales después del parto y evaluaron los niños cada año para determinar si presentaban síntomas de TDAH. Los investigadores comprobaron que las mujeres que habían sido expuestas durante el embarazo a altos niveles de hidrocarburo aromático policíclico (HAP o PAH, por sus siglas en inglés) –un contaminante generado por los camiones de diesel, buses y quemadores de combustibles– tenían probabilidades cinco veces mayores de tener hijos con problemas de conducta asociadas con el TDAH.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), alrededor del 10 por ciento de los niños estadounidenses padecen TDAH. Aún no se sabe mucho acerca de las causas de este trastorno de conducta–cuyos síntomas son falta de atención, facilidad par distraerse, desorganización, impulsividad e hiperactividad–pero se sospecha que además de los genes, los factores ambientales desempeñan un papel clave.
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